“¿Qué va a pasar si en futuras generaciones nos seguimos alimentando mal?”, fue ésta la interrogante que planteó la investigadora Elena Boschi, en una conferencia acerca de la prevención y el control de los problemas asociados a una mala nutrición. Interesante pregunta, la cual al intentar respondérnosla nos da cuenta de impactantes consecuencias que podrían volverse realidad si no frenamos esto ya.
Imaginemos... el índice de obesidad, anorexia, bulimia y trastornos relacionados se incrementaría aún más, pudiendo alcanzar cifras impresionantes entre las cuales se podrían situar nuestras futuras generaciones; el estrés estudiantil se presentaría cada vez más temprano e intenso en nosotros, generando una sociedad irritable, depresiva y enferma tanto física como psicológicamente. Seríamos personas poco activas, con serios problemas de carencia de nutrientes (en el caso de la anemia) o de exceso de alguno de ellos (como la diabetes); la vida académica sería mucho más dura, más tensa y probablemente los universitarios colapsarían de inmediato, obteniendo un bajo rendimiento académico, frustrándose y optando por malas opciones, como la droga y el alcohol.
Si bien ésta es una visión exagerada del problema, podría convertirse en realidad, por lo que los invitamos a tomar precauciones que los llevaran a una vida mucho más sana y plena.
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